Banco de voces contra el crimen
Varios presuntos delincuentes son arrestados en Málaga por narcotráfico y el juez los deja en libertad con cargos. Poco después, contactan con un grupo terrorista islamista y se acusa a uno de ellos de un delito de terrorismo. Aunque el individuo está en paradero desconocido, el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil dispone de una grabación de la voz del huido, registrada en el momento de su primer arresto. Finalmente, las fuerzas de seguridad captan en Argelia una conversación telefónica del sospechoso, pero tienen que probar que realmente es suya para que las autoridades argelinas puedan detenerle. Tras comparar ambas muestras en su base de datos acústica, los resultados prueban que el individuo que se encuentra en tierras argelinas es el mismo al que se detuvo en Málaga y se procede a su arresto.Este es sólo uno de los numerosos casos en los que el banco de voces del que dispone la Guardia Civil ha sido clave para solucionar una investigación o a la hora de aportar pruebas en un juicio. “Es un sistema pionero en el mundo que se desarrolló a petición nuestra”, asegura el jefe del Servicio de Criminalística del Instituto Armado, Francisco Montes, que abrió esta semana a Público las puertas de las instalaciones en las que se encuentra el área de acústica forense de esta unidad.A la cabeza del departamento de acústica e imagen se encuentra el teniente coronel José Juan Lucena. Pero Lucena no está solo, ya que cuenta con la inestimable ayuda del Sistema Automático de Identificación por Voz (SAIVOX). Así se llama la aplicación que permite que la Guardia Civil registre en todas las provincias españolas voces de muchos detenidos. Este programa guarda en su memoria numerosas grabaciones realizadas a secuestradores, terroristas, estafadores, acusados de amenazas y, en general, a todos los culpables de delitos en los que la información de su voz sea un dato relevante.“Cada vez que se detiene a una persona relacionada con alguno de estos delitos, le grabamos la voz al mismo tiempo que le tomamos la foto y las huellas dactilares. Pero, a diferencia de estas últimas, la voz cambia continuamente, por lo que hay que grabar varias veces y en distintos canales”, explica el teniente coronel. Por eso hacen falta un mínimo de tres grabaciones diferentes (por micrófono, teléfono fijo y móvil) con vistas a cotejar, por ejemplo, con posibles escuchas telefónicas....
Continúa en http://docs.google.com/Doc?id=dch4q36q_8hsdhmggk
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